Tras un año de pandemia, todos pensábamos que esto sería mejor, aunque, incluso después de tener algunos meses de buenas noticias, volvemos a estar atrapados con cuarentenas y restricciones de viaje.
Todo lo que nos gusta compartir, todo lo que nos gusta hacer, está en pausa. Las calles vacías me hacen reflexionar sobre la fuerza que debemos tener. Considero, no sólo la fuerza de la mente, sino la conciencia de cómo debemos cuidarnos, haciendo ejercicio, comiendo sano, compartiendo el pensamiento positivo y el amor.
Los sueños siguen en nuestra mente; los planes siguen en nuestra agenda. Mantenlo vivo, informándote sobre tu anhelado destino, haciendo una lista de deseos con los 10 destinos más importantes de tu vida… y, por supuesto, no sólo de viajes, sino de objetivos personales.
Todos los que trabajáis en turismo, comparto con vosotros esta frustración de aguantar, pero con fe y esperanza en que pronto tendremos que recuperarnos. Esas calles deben volver a llenarse de acción, energía, voces, calor y alegría.